Apártate que me tapas el sol

Diógenes de Sínope

Diógenes de Sínope (aprox. 391 a.C.- 323 a.C.) fue uno de los fundadores de la filosofía cínica. A través de su estilo de vida y comportamiento criticó los valores sociales y las instituciones, de lo que él creía era una sociedad corrupta, preocupada tan solo en conseguir riquezas. Vivía en un ánfora gigante en la calle, prácticamente sin ninguna pertenencia, convirtiendo la pobreza extrema en una virtud.

De acuerdo con la leyenda, durante su estancia en Corinto, Alejandro Magno, acompañado de su escolta, visitó al filósofo para saber si podía hacer algo por él. Diógenes se encontraba tomando el sol y simplemente contestó: Sí, apártete que me tapas el sol. Los seguidores de Alejandro comenzaron a reir pero éste admirado por los principios del filósofo contestó: Si yo no fuera Alejandro, quisiera ser Diógenes.

A pesar de que se duda de la historicidad del encuentro, son numerosas las anécdotas que se conocen sobre él, siendo las  más conocidas las de Plutarco y Diógenes Laercio.

Diógenes y Alejandro. Salvator Rosa.

¡Soldados! ¡Desde lo alto de estas pirámides, cuarenta siglos os contemplan!

Soldats! Du haut de ces pyramides, quarante siècles vous contemplent!  Napoleón Bonaparte

La expedición de Napoleón a Egipto tuvo lugar desde 1798 a 1801. Tenía como fin conquistar Egipto y así impedir el paso de los británicos hacia la India.

El 21 de julio de de 1798 se produjo la Batalla de las pirámides, a tan solo 15 kilómetros de las pirámides de Gizeh y a 6 de El Cairo. El ejército de Napoleón contaba con 21.000 hombres equipados con bayonetas y cañones. Los mamelucos, superiores en número contaban con unos 40.000 hombres. Sin embargo, sus armas eran primitivas; espadas, arcos y flechas.

Napoleón en su arenga a las tropas pronunció la famosa frase: ¡Soldados! ¡Desde los alto de estas pirámides, cuarenta siglos os contemplan!

La batalla acabó con la victoria de Napoleón, que consiguió tomar El Cairo y el Bajo Egipto bajo su poder. 

Batalla de las pirámides. Francois Louis Joseph Watteau.

París bien vale una misa

Paris vaut bien une messe. Enrique IV de Francia.

Con el asesinato de Enrique III en 1589 se extinguió la dinastía de los Valois en Francia. Uno de los pretendientes al trono era Enrique de Borbón, soberano de la Navarra Francesa y protestante. Sin embargo, su adscripción al protestantismo hizo que la Liga Católica, el Papa y Felipe II de España se opusieran a su nombramiento como rey.

Tras varias batallas entre los partidarios de Enrique de Borbón y la Liga Católica sin un vencedor claro, Enrique de Borbón abjuró del protestantismo pronunciando la frase: París bien vale una misa. Su conversión al catolicismo hizo que el Parlamento de París y la mayoría de la nación lo reconocieran como rey de Francia.

Enrique IV de Francia

La suerte está echada

Alea iacta est. Julio César

La noche del 11 de enero de 49 a.C. Julio César, comandando una legión,  la Legio XIII Gemina, cruzó el río Rubicón, lo que provocó el comienzo de la Segunda Guerra Civil de la República de Roma.

El río Rubicón, situado al nordeste de Italia, constituía el límite entre las provincias romanas y la Galia Cisalpina. Ningún general podía atravesarlo con sus tropas sin ser declarado enemigo de la República.

Un año antes, los enemigos de César habían intentado disminuir su poder, arrebatándole el cargo de gobernador de las Galias. Finalmente el Senado declaró el estado de excepción y concedió a Pompeyo, enemigo de César, poderes excepcionales. Julio César contestó con el paso del Rubicón, lo que dio inicio a la guerra civil y supuso el principio del fin de la República de Roma.

Según Suetonio, en su obra Vida de los doce césares, Julio César dio la orden de cruzar el río a sus tropas con la frase Alea iacta est. Sin embargo, Plutarco en sus Vidas paralelas, sostiene que Julio César citó en griego a Menandro, uno de sus autores favoritos: ανερριφθω κυβος, algo así como los dados están echados.